Curiosidades históricas
DEMÓSTENES:
Fue uno de los oradores más relevantes de la historia y un importante político ateniense. Vivió en el siglo IV a. de C. Cuando murió su padre, Demóstenes apenas era un niño y la herencia quedó en manos de sus tutores. Al alcanzar la mayoría de edad, decidió llevarlos a juicio, pero su escasa voz, su tartamudez y su incapacidad para la improvisación hicieron que el jurado no le prestara atención.
Se afeitó la cabeza y se fue a las orillas del mar. Allí durante un tiempo se introducía guijarros en la boca para hacer sus ejercicios orales y superar su tartamudez, a la vez que hablaba en voz alta para que su discurso pudiera ser oído a pesar del murmullo de las olas. Cuando lo consiguió, volvió a Atenas y reanudó el pleito. El jurado, convencido por su brillante discurso, le permitió recuperar una parte de su herencia.
ORIGEN DE LA PALABRA TESTIFICAR:
En la actualidad, cuando se tiene que decir la verdad en un juicio se le hace jurar al testigo sobre la Biblia, pero en la antigua Roma esto no era así, en vez de jurar sobre la Biblia se apretaban los testículos con la mano derecha, de ahí viene la palabra testificar.
La palabra testigo viene del antigua íbero “testiguar” el cual viene del latín “testificare”, que está compuesto de testis (testigo) y facere (hacer). Por otro lado testículo viene de “testiculus” compuesto de testis (testigo) y “culus” que es usado como diminutivo, es decir, los testículos significan pequeños testigos.
Hay otra versión que indica que en cada Cónclave, cuando ya se había elegido al cardenal que sería investido como Papa, era sometido a una prueba realizada por otro cardenal, perteneciente también al Cónclave, que era nombrado para tal. Consistía en que este último debía tocarle los genitales al Papa con la mano para asegurarse y testificar luego a los demás que éste era masculino, evitando así el fraude de haber elegido a una mujer haciéndose pasar por hombre.
LLUÍS COMPANYS:
Desde su fusilamiento en el castillo de Montjuïc, en el “oasis catalán”, expresión propagandística que inventará la Ezquerra en tiempos de la segunda República, se impuso un pacto de silencio sobre los aspectos más turbios de la biografía de Lluís Companys, elevado desde entonces a los alteres de la santidad laica.
Una investigación de Enric Ucelay da Cal (investigador de historia contemporánea y profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona), acaba de revelar las claves de su verdadera personalidad. Según compendia Ucelay todo comenzó en 1933, cuando un simple accidente de coche devendría en el catalizador del oscuro drama. Quienes viajaban en el automóvil siniestrado camino de Manresa eran dos dirigentes de la JERC (Juventudes de Ezquerra Republicana de Cataluña), Miguel Badía, más conocido entre sus seguidores como el capità collons y Carles Durán. Este último solamente significado por ser el marido de una joven y bella rubia llamada Carme Ballester.
Tras aquel accidente, Badía fue trasladado al hospital de Manresa. Allí se encontraría con Carme Ballester, que había acudido en busca de su marido. Su marido al no tener lesiones importantes se había ido a Barcelona. En la habitación se encontraron Badia y Carme Ballester. A partir de estos momentos Badía se creyó en lo sucesivo tener derechos sobre la joven.
Esto hubiera sido una anécdota de no haber aparecido en esta historia el recién nombrado presidente de la Generalitat. Companys, ya cincuentón, y separado de Mercé Picó, se sentiría fuertemente atraído por esa misma compañera de partido que Badía creía suya.
Esta querencia de Companys sería correspondida por Carme, dando lugar a alguna situación embarazosa. En cierta ocasión, Companys se dejó caer por el centro de la JERC, en la gran Vía de las Cortes Catalanas. Alguien abrió la puerta de un despacho y lo descubrió en plena acción. La historia corrió por toda Barcelona.
Badía y Companys competían por la misma mujer. En Septiembre del 1934, Companys había decidido cesar a su competidor, que era el jefe de las milicias subversivas, o comisario general de orden público.
Fue esa la maniobra en la que el president no ponderó suficientemente la fuerza de su enemigo personal y político dentro de ERC. La presión de los partidarios de aquel, forzaría
a Companys a anunciar que su decisión había sido un error y la disposición presidencial a reponerlo en su puesto.
Corría el invierno de 1934 y los días del capità collons estaban contados. El 6 de octubre de 1934, Companys salió al balcón del palacio de la Generalitat y proclamó el “estat Català”. Companys era el protagonista desde las instituciones y Badía lideraba la calle como jefe de las milicias. Tras la proclama de Companys, el gobierno decretó de inmediato el estado guerra; el general Batet, capitán general de la IV región militar, rehusó ponerse a las órdenes de la Generalitat y sacó las tropas a la calle. Josep Dencàs consejero de gobernación, había organizado y adiestrado a los escamots que debían apoyar al gobierno de la generalitat, pero estaban muy mal organizados y pobremente armados, así que no supieron hacerles frente, En unas pocas horas la sublevación había sido controlada y ante la evidencia de su fracaso, Companys y el resto de su gobierno se entregaron. Sólo Dencàs logró huir a Francia.
Companys será llevado preso a la cárcel de Cádiz, pero retornará a Barcelona en olor de multitud tras la victoria de las izquierdas en las elecciones de febrero del 1936. Justo dos meses después, Badía partirá hacia el otro mundo. En efecto el 28 de abril apareció su cadáver y el de su hermano en un portal del ensanche de Barcelona. Un tal Justo Bueno, sindicalista de la CNT, y pistolero a sueldo de la FAI había matado al líder de la Juventud de la Ezquerra y a su acompañante. Todos los nacionalistas de convicción sabían que la información a Justo Bueno se la había dado Campanys.
Un artículo publicado en el periódico por Josep María Planas calificaba a los obreros anarquistas de pistoleros. En muchos círculos obreros exigían una rectificación inmediata de lo que consideraban una difamación. A continuación, la policía, bajo el control directo de un hombre del círculo íntimo del president,
Escofet, atribuía el rol de instigadores del crimen a “los falangistas”.
Pero nadie entre los independentistas radicales de la JERC creerá la versión policial.
Así, inmediatamente, la mayoría de los militantes y cuadros de las Juventudes de Ezquerra Republicana decide escindirse y fundar otro partido recuperando las siglas de viejo Estat Catalá que fundara Francesc Maciá. Y el segundo chivo expiatorio podría haber sido el propio Lluís Companys, si la conjura que poco después urdieron los disidentes para matarlo se hubiera llegado finalmente a materializar. Y ahora aparece en escena un turbio personaje, Andreu Reverter i Llopart al que el President lo nombra comisario general de Orden Público. Era un atolondrado, con fama de playboy y procurador de jovencitas. Se decía que su mujer era muy amiga de Carme Ballester y se rumoreaba que se había incorporado a los juegos íntimos del president, sin protesta de su marido. En este momento su segundo hombre era Joan Casanovas, un independentista que además presidía el Parlament de Catalunya.. Se ha sabido que Casanovas flirteaba sin disimulo con los nazis. De hecho tuvieron varios contactos en Bruselas con el Partido Nacional Socialista de Hitler. Una muestra del peligro que encerraba el giro de Casanovas la constituye la fuga de Dencàs el jefe de Estat Català. La huida fue debido a que rápidamente se supo que tenían estos contactos con los nazis. Es ahora cuando Reverter el playboy de Cornellá decide amenazar a Companys, con ser él quien encienda la mecha. Reverter fue detenido por los anarquistas seguramente el mismo día que también lo denunciara el director general de seguridad del gobierno, Largo Caballero, por haber parado a unos policías estatales que llevaban lingotes de oro y platino a Francia y haberles reclamado un porcentaje. Reverter preso, le hará llegar al president que de no ser soltado revelará aspectos inconvenientes de su persona. El president le contesta que se procederá a su excarcelación y posteriormente huirá a Francia. El recluso opta por callar, de momento, no imagina que a no tardar lo hará para siempre.
El cadáver de Reverter será descubierto en una cuneta de la carretera que une Manresa y Calaf, aunque el tiro en la nuca se lo dieron después de salir de la celda de prisión.
ANÉCDOTAS DE EINSTEIN:
(1879-1955), Premio Novel de física en 1921, gozó de una rapidez mental propia de un genial humorista.
Un periodista le preguntó a Einstein: “¿Me puede usted explicar la ley de la relatividad?” Y Einstein le contestó; “¿Me pude usted
explicar como se fríe un huevo?” El periodista le miró extrañado y le contestó: “Pues sí, sí que puedo”, a lo cual Einstein replicó:”Bueno
pues hágalo, pero imaginando que yo no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego”.
Durante el nazismo, Einstein, a causa de ser judío, debió de soportar una guerra en su contra, urdida con el fin de desprestigiar sus investigaciones. Uno de estos intentos se dio cuando se compilaron las opiniones de cien científicos que contradecían las de Einstein, editadas en un libro llamado “Cien autores en contra de Einstein”. A esto Einstein respondió: “¿Por qué cien? Si estuviese errado haría falta sólo uno.
Durante el nazismo, Einstein, a causa de ser judío, debió de soportar una guerra en su contra, urdida con el fin de desprestigiar sus investigaciones. Uno de estos intentos se dio cuando se compilaron las opiniones de cien científicos que contradecían las de Einstein, editadas en un libro llamado “Cien autores en contra de Einstein”. A esto Einstein respondió: “¿Por qué cien? Si estuviese errado haría falta sólo uno.
En una reunión social Marilyn Monroe se cruzó con Einstein y ella le sugirió lo siguiente. Qué dice profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo juntos. ¿Se imagina un bebé con mi belleza y su inteligencia? Einstein muy seriamente le respondió.
“Desafortunadamente temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi belleza y su inteligencia.
En 1919, Einstein fue invitado por el inglés Lord Haldane a compartir una velada con diferentes personalidades. Entre estas había un aristócrata muy interesado en los trabajos del físico. Tras una larga conversación, el inglés explicó a Einstein que había perdido recientemente a su mayordomo y que aún no había encontrado un sustituto. “La raya del pantalón la he tenido que hacer yo mismo y el planchado me ha costado casi dos horas”. A lo que Einstein contestó: “Me lo va a decir a mí. ¿Ve usted estas arrugas de mi pantalón?, pues he tardado casi cinco años en conseguirlas.
Se cuenta que en una reunión social Einstein coincidió con el actor Charles Chaplin. En el transcurso de la conversación, Einstein le dijo a Chaplin: “Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal; todo el mundo le comprende y le admira”. A lo que Chaplin respondió: “Lo suyo es mucho más digno de respeto: todo el mundo lo admira y prácticamente nadie le comprende”.
Se cuenta que por los años veinte, cuando Alberto Einstein empezaba a ser conocido por su teoría de la relatividad, era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias.
Dado que le gustaba ir en coche pero no le gustaba conducir contrató un chófer que le acompañaba siempre. Einstein le comentó al chófer lo aburrido que era todos los días repetir lo mismo, a lo que el chófer contestó: “Si quiere le puedo sustituir por una noche.
He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra. Einstein estuvo de acuerdo. Se intercambiaron las ropas y entraron en la sala. El chófer expuso la conferencia que había oído repetir tantas veces a Einstein. Al final un profesor de la audiencia le hizo una pregunta. El chófer no tenía ni idea de cual podía ser la respuesta, sin embargo tuvo una chispa de inspiración y le contestó: “la pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que mi chófer, que se encuentra al final de la sala, se la responda”.
Cuentan de Alberto Einstein que a los tres años y medio seguía sin hablar. Un día, de repente, en el desayuno, soltó de carrerilla la frase siguiente:
-La leche está ardiendo.
-Pero si tú no hablabas. ¿Por qué no has dicho nada hasta ahora?-exclamaron los padres sin salir de su asombro.
-Porque antes todo estaba en orden y controlado, - fue la respuesta del pequeño Einstein.
Al final de su vida un periodista le preguntó que posibles repercusiones habían tenido sobre su fama estos cambios, de haber estado viviendo en diferentes países. Einstein respondió: “si mis teorías hubieran resultado falsas, los estadounidenses dirían que yo era un físico suizo, los suizos que era un científico alemán y los alemanes que era un astrónomo judío.
La teoría de Einstein tenía expresión en una sencilla fórmula matemática: E= mc donde “E” representa la energía; “m” la masa y “c” la velocidad de la luz.
Esta fórmula permitía comprender la razón de la aparente infinita energía producida en los procesos radiactivos. Einstein demostraba que la medición del espacio y del tiempo es subjetiva.
HORCHATA:
La palabra horchata dicen que viene del siglo XIII, cuando Jaime I estuvo en Valencia. Dicen que una muchacha le ofreció al monarca
un vaso de ese producto y el rey le preguntó qué era aquello. La muchacha le contestó que era leche de chufa. El rey después de probarlo le dijo. “això es or, xata”(eso es oro, chata). Y de aquí proviene la palabra horchata.
PÍO BAROJA:
(San Sebastián 1872- Madrid 1956). Escritor de la Generación del 98 y médico. Los personajes de las novelas de Baroja son inadaptados, incapaces de demostrar la energía suficiente para llevar lejos su lucha, acaban frustrados, vencidos y destruidos, en ocasiones físicamente, en muchas otras moralmente, y, en consecuencias, condenados a someterse al sistema que han rechazado. Baroja es escéptico y pesimista, para él el mundo carece de sentido.
En el café Levante, de Madrid en el que Ramón María del Valle Inclán introdujo una tertulia, Pío Baroja en 1904 dijo: “En España hay siete clases de españoles, como los siete pecados capitales:
1. los que no saben,
2. los que no quieren saber,
3. los que odian el saber,
4. los que sufren por no saber,
5. los que aparentan que saben,
6. los que triunfan sin saber y
7. los que viven gracias a que los demás no saben. Estos últimos se llaman a sí mismos “políticos” y a veces, hasta “intelectuales”.